viernes, 28 de mayo de 2010

Cultura versus entretenimiento. El país de las maravillas.

Transcribo aquí un artículo de Elena Burés, publicado en ABC el 23 de mayo. Unos dirán que este texto no aporta nada que no sea conocido. Otros, que se trata de una sarta de tonterías, y que una consola aporta tanta capacidad de razonamiento y conocimientos como cualquier libro que se precie. Pues bien, esta entrada, junto al texto a continuación, va dirigida y dedicada precisamente a una minoría, que quizá antaño llamaban tercera España: aquellos que son conscientes de esto, y que además les duele que así sea. Por los demás da igual. Seguid viendo el futbol y levantando gloriosamente la jarra de cerveza en el chiringuito de la playa.


El país de las maravillas.

«Marca» sigue siendo el diario más leído en España, según el último Estudio General de Medios (EGM). «España es un país cada vez más inculto», escribió Pérez Reverte en mayo de 2007. Y muchos se llevaron las manos a la cabeza ante tal afirmación. En un país en el que un diario deportivo es el más leído, algo debe ir mal. «En los colegios no enseñan cómo pensar, sino lo que hay que pensar. Ahí es dónde radica el problema», sentencia Mariano Baños, profesor de creatividad publicitaria.

Según el libro «Una técnica para producir ideas», de James Webb Young, tendemos a olvidar que las palabras son ideas en sí mismas, y que cuando son usadas por alguien, esas ideas cobran vida. Por lo que el diccionario se convierte en «una colección de pequeñas historias».

¿A quién se le podría ocurrir comenzar a leer un diccionario? Desde luego no a alguien «normal». O ese sería uno de los primeros pensamientos que acudiría a nuestra mente si encontrásemos a alguien haciéndolo.


Por otro lado, nadie se «escandaliza» de que «Pronto» sea la revista semanal más leída en nuestro país, y sí de que Pérez Reverte haya afirmado en «XL Semanal»: «¡Cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado!».

¿Qué ha pasado con clásicos como «Alicia en el país de las maravillas», de Lewis Carroll? Hace poco menos de un mes se estrenaba la adaptación cinematográfica de la novela a cargo del cineasta Tim Burton. La canción «I am the warlus», de The Beatles, nace siendo un poema de la novela de Carroll ( La morsa y el carpintero ) la fuente de inspiración.

Un gran clásico, escrito en 1865, sigue dejando huella en la actualidad. Pero ¿qué leen ahora los niños? O, reformulando la pregunta: ¿los niños ahora leen?
Todos están provistos de las últimas tecnologías: teléfono móvil, videoconsola, ordenador...¿cuántos han tenido entre sus manos «El principito», de Antoine de Saint-Exupéry?

Esto atañe sin duda, en grado sumo, a todos aquellos que se encargan de la educación de los jóvenes. ¿Qué padre regala ya un libro a sus hijos? Antes sólo tenía acceso a la información la clase privilegiada. Pero ¿ahora? ¿Se trata de una nueva rebelión de las masas: No leo, luego existo? La realidad no es tan «cruda». Sí se lee. En 2009 la trilogía «Crepúsculo», de Stephenie Meyer, fue todo un éxito entre los adolescentes. ¿Dentro de 200 años éste será el clásico por el que se recordará a toda una generación? Una novela romántica de vampiros dirigida al público adolescente.

Para encontrar soluciones hay que centrarse en el problema. Y no en todo lo que deriva de dicho problema, que son consecuencias tales como la falta de interés por todo aquello que implica cultura y conocimiento. Pero eso, a su vez, se convierte en otro problema. ¿Qué es lo que provoca que en vez de leer «Alicia en el país de las maravillas» estemos viviendo en él? Viviendo un sueño perpetuo, queriendo entretenernos solo a costa de trivialidades. Eso es lo que refleja el EGM.

En la película de Burton, que también toma fragmentos de Alicia a través del espejo, Alicia, que ya tiene 19 años, vuelve al mundo subterráneo y estrafalario que conoció de niña para no comprometerse con un lord inglés. O, lo que es lo mismo, para escapar de la realidad en la que vive. Lennon, tal y como recoge The Beatles Anthology, visualizaba a Alicia como «una chica de ojos caleidoscópicos» que vendría a salvarlo, cada vez que cantaba «Lucy in the Sky with Diamonds».

Esta generación ya no escapa de la realidad, dejando volar su imaginación, a través de la literatura. Ahora evadirse sólo hace referencia a cualquier tipo de distracción banal. Cultura «versus» entretenimiento. Y no hace falta decir quién encabeza la batalla.

El cerebro de Albert Einstein no era de mayor tamaño que el de un humano corriente, sino que entre sus neuronas existían más conexiones. Conexiones que habían sido creadas a causa de ejercitar su cerebro almacenando conocimientos. «Cada día sabemos más y entendemos menos», afirmó en su día el Premio Nobel de Física.

Si los datos reflejan que la recesión que vivimos lo es también a nivel intelectual, parece que Einstein tenía razón. Pero, partiendo de la base de que todo problema tiene solución, dicha solución se encuentra en nuestra manos. Siempre y cuando esas manos sostengan un libro.


Fuente: http://www.abc.es/20100523/catalunya-catalunya/pais-maravillas-20100523.html

2 comentarios:

  1. Prefiero que mis alumnos lean Crepusculo a que no lean nada. Por algo se empieza y si en mi generacion era Manolito Gafotas en esta es esa saga. Lo que no se cuenta es que muchos adolescentes, tras leer esos libros han visto que la lectura es algo que entretiene y han dado el salto a otros libros, quizas menos profundo que lo que pueda escribir Perez Reverte, lo admito, pero poco a poco.

    ResponderEliminar
  2. No leo, luego existo.

    Yo esta me la apunto... y veremos a ver si no la paseo en una camiseta.

    ResponderEliminar