domingo, 16 de mayo de 2010

Y tu, ¿qué has ganado?

Rondan, supongo, los treinta tacos. Son, para muchos, claros ejemplos del prototipo de metrosexual a seguir. Cobran de media cifras astronómicas comparadas con el resto de los mortales -métase en ese resto al 90 % del personal que poblamos la piel de toro-, tienen casitas en los lugares que les apetece, disponiendo además de un generoso parque móvil que, por lo general, va desde el Audi Q7 para ir al curro, en adelante. Además, para redondearse el sueldo a fin de mes -ya se sabe, los gastos imprevistos- algunos de ellos estiman conveniente acudir a algún braguetazo de interés con la petarda de turno... y poblar prensa rosa de su maravilloso affaire durante un par de semanas. Gente maja. 

Si todo ello, al menos, se quedase en su círculo privado, en sus saraos y eventos en chalets de nuestro maravilloso ladrillazo costero, pases VIP, etc., supongo que me importaría un cojón de pato. Pero resulta que además de lo anterior tienen la facilidad de poner patas arriba a un país entero durante horas, tocando esa fibra sensible tan nuestra del triunfo y del conmigo o contra mí.

Hoy resulta que ha ganado el Barcelona. La liga, imagino -me divorcié del futbol hace mucho tiempo y no estoy al día-. Y gracias a ello las próximas horas serán de inimaginable euforia para unos, y llanto para otros tantos. Aunque estos últimos sean menos. Tendremos probablemente tráfico hasta altas horas de la madrugada, cláxones sonando, acompañando al himno del susodicho, banderas y camisetas por doquier, y de paso, metidos en faena a altas horas de la madrugada y con los vapores del alcohol haciendo de las suyas, alguna pelea, daños en coches, algún contenedor, marquesinas de autobus y demás cacharrería de eso que apodan mobiliario urbano, vomitos por la acera. Etecé, etecé. Kale borroka, la llamarían por ahí arriba. Cachis, resulta que algunas de esas cosas las pagamos luego entre todos. 

Ya he dicho más atrás que a estas alturas el futbol ni me va, ni me viene. Si bien antaño tambien le dí candela al balón, y recuerdo lo que era seguir a un equipo, y alegrarme cuando ganaba; no tanto cuando perdía. Pero aquí lo que veo es distinto. Se pierde el norte con una facilidad pasmosa. Se defienden los colores a vida o muerte. Se puede llegar a hacer casi cualquier cosa en nombre de un fulano por cuya cabeza no pasará en su puta vida darte un céntimo de esos que tiene -y seguro que alguno le sobra-. Todo porque anduvo listo el chaval y acertó a meterla por la escuadra, mientras el portero, que no se lo esperaba, se lanzaba a media altura y comprobaba pasmado cómo acababan de joderle el patio. Seguro que hasta incluso luego lo verá reflejado en la nómina, en el apartado de incentivos: nosécuantosmil euros más por tu gol, majo. Verás que bien te vienen para comprarle a tu churri el descapotable ese que te pidió el otro día. 

Y aquí, mientras tanto, el pueblo se desgañita, drogado de exito ajeno, enfervorecido por poder compartir esa victoria que, por muy guay que esté, se aplicarán esos otros. Da igual, por si alguno a estas alturas se me pica, que estemos hablando de un Barça, un Betis, o un Atletic de Aviación. Por mucha pasión deportiva que se ponga en el asunto, me parece absurdo -a la altura de la santa devoción que en otros tiempos se podía sentir por sotanas y reyes imbéciles- ver lo que se puede hacer por once personajes capaces de encenderse el Montecristo con un billete de cien.

Y todo ello con la famosa crisis comiendonos como pirañas desde los pies hacia arriba. Allá cada cual con los ídolos a los cuales se consagra y condena.

2 comentarios:

  1. y para qué queremos que el Estado se llene de dinero ¿para qué se los lleve los de siempre? España ha sido y, lamentablemente, será, un país de pícaros y de sinverguenzas.

    ResponderEliminar
  2. Mafia... quizá fuera un concepto aplicable en tiepos de don Corleone. Lo de esta gente sobrepasa límites para los que seguramente no hay concepto que lo exprese. Solo por curiosidad, oyes, me gustaría que alguien hiciera cuentas y me dijera, por ejemplo, durante cuánto tiempo se podría quitar a cuánta gente de pasar hambre en Ruanda, solo con el dinero que puedan embolsarse durante un año los jugadores y directiva de un equipo de esas características. O cuánto se podria invertir en un solo pais, en I+D, o en investigación para la lucha contra el cáncer o el sida.

    Pero da igual. El pueblo quiere circo y pan. Y que me quiten lo bailao.

    Por otra parte @Lo que tu no sabes, totalmente de acuerdo en esa perspectiva de este pais. Pero bueno, puestos en faena, preferiría que los sueldos de empleados públicos más básicos no se tocasen -una rebaja razonable no está mal para sueldos de 3000 euros al mes-, y se mantuvieran o implementaran ciertos servicios sociales, a cambio de que ese hueco lo rellenen los prendas estos de las Nike.

    ResponderEliminar