El sol se pone tras los tejados de Calle Melancolía |
Pero parece que su muerte definitiva ha llegado, pensaba esta mañana cuando, al poner un pie en el suelo, sentía ese ambiente más frío que fresco a mi alrededor. Primeros de octubre, lluvias que empañan cristales y obligan a aligerar el paso en las aceras, días que faltos de luz sureña se tornan al blanco y negro de las películas de Pepe Isbert, y una reverencia a las prendas de manga larga que vuelven de unas vacaciones que parecieron no querer nunca abandonar.
Por aquí eso aun no se siente
ResponderEliminarNo parece tener mucho sentido un comentario en este post a estas alturas pero bueno, almenos que sirva para que veas que, tal cual te dije, ahora que tengo más tiempo puedo sentarme a leer tu blog con la tranquilidad que ello requiere.
ResponderEliminarCon respecto al texto, supongo que a estas alturas en la capital de la autonomía no hace ni una pizca más de frío que en Jaén cuando escribías esto. Eso si, de agua estoy hasta la coronilla.