jueves, 16 de diciembre de 2010

El tiempo de los bárbaros

Toda época fue buena para ellos, todo tiempo fue proclive a su existencia, más es hoy, por cantidad y calidad, cuando podemos sentirnos más orgullosos de esto que llamamos homo sapiens.

Ante la mirada de espectador pasmado de España, Marruecos ha dado una nueva vuelta de tuerca a su historia de amor con el Sáhara. Solo ellos sabrán qué ha ocurrido, qué ocurre aún, en aquellos lugares. Solo ellos lo saben ya que no permitieron que medios de comunicación extranjeros, muy especialmente españoles, por otra parte sensacionalistas en mayor o menor medida -sálvese quien pueda de la posible exclusiva de turno, de las lagrimas que dan candor a la escena, de la opinión altamente cualificada del periodista que juega a ser analista- entraran allí y tuvieran ocasión de contar qué ocurrió en El Aaiún y en el campamento desalojado.

No contento con ello y profundamente ofendido a causa de las vacuas palabras de condena dichas por algunos políticos españoles en el Congreso días más tarde, el gobierno marroquí habla de revisar su relación con España, de reducir su ayuda en materia de inmigración, tráfico de drogas, terrorismo. Valiente broma la de mi primo; hasta pone gesto de creerselo mientras lo dice: el problema parte de aquí, pero no me sale de la bisectriz ayudarte a solucionarlo. Incluso, metidos en berengenales, consideran que ya está bien de patriotismos y que, poniendose a las bravas, ellos tienen cuentas pendientes con España, cuentas con los nombres de Ceuta y Melilla -Granada no entra aún en el ajo-. No resulta sorprendente plantearse a estas alturas, que a la larga tanto las ciudades autónomas como el mismo Gibraltar que le permite al inglés torearnos a su antojo pasen a formar parte, como poco, de los dominios de nuestros cordiales vecinos.

Mientras tanto, nosotros a lo nuestro: talante, buen rollito, consenso, diálogo, igualdad. Todos juntos como hermanos alrededor de la hoguera. ¿Pero cómo pueden estar, desde el gobierno, tan siniestramente ciegos? Eso, o bien que es preferible cerrar los ojos, jugar al cucu, ¿donde estoy?, y mientras tanto dejar que las aguas vuelvan, como buenamente puedan, a su cauce. Ya lo arreglará otro. Ni paella, ni toros, ni botijo, ni siesta: no creo que haya algo tan español como lo de escurrir el bulto y dejar que los problemas tomen camino por si mismos.

Lo malo es que en esta historia no hay un otro que meta mano. O, al menos, que quiera hacerlo. La Union Europea se lava las manos, para variar, apelando igualmente al consenso y al daos la mano y pedid perdón mutuamente. Estados Unidos u otro pais en la misma línea carece de intereses como para arremangarse y meter baza en el asunto. Y nosotros, bueno, basta agachar la cabeza y mirar hacia otra parte procurando olvidar un funesto 1975. Procurando no saber nada, entretenidos como andamos sacádonos los ojos a ver de quien es la culpa de que el país marche hacia atrás aunque le empujen al contrario.

Pero queda el consuelo en estos tiempos de que quien se aburre es porque quiere. Porque los medios mediáticos no descansan. Aún no había caducado el tema con el Sáhara cuando ya tenemos carne fresca que echar a la parrilla. Como de costumbre. Y todo ello mientras andamos imbuídos desde finales de octubre, como manda la tradicion, en la puñetera navidad.

Un día nos sorprenden con las elecciones en Cataluña. Por supuesto que tratándose de elecciones, en una tierra tan democrática como la nuestra, había que dejar a un lado todo tema de conversación y mantener al personal informado minuto a minuto y en detalle de cada reacción, cada movimiento, cada papel que entra en la urna. De quién gana, cómo, y qué dice el derrotado adversario. Como si no supieramos ya, después de unas cuantas legislaturas -por no hablar de siglos, ¿o es que nadie recuerda el bipartidismo en la época de Isabel II?-, que cambiando la fachada no remodelamos el interior del edificio.

Más adelante, un tal Julian Assange, cabeza visible del grupo WikiLeaks, tiene a bien poner la casa patas arriba a nivel internacional -¿pero no queríamos un mundo abierto y globalizado?-. Solo ellos sabrán de dónde han sacado la información, pero me parece un hecho encomiable que en esta era de idiotización coletiva donde todo recuerda demasiado a menudo a una extraña mezcla del cuento del rey desnudo y el 1984 de Orwell, que alguien tenga las agallas de poner a disposición del mundo entero lo que los supuestos amos de este -amos en tanto que lo gobiernan y rigen su destino como les parece- cuchichean entre ellos. La polémica, por supuesto, está servida. Poco después de la última filtración, se decreta la busca y captura a nivel internacional contra el señor Assange -en EEUU directamente piden su cabeza- por supuestos delitos sexuales: ¿en verdad somos tan idiotas como parecen vernos desde arriba?. Lo último que se sabe del caso es que a Assange le ha sido concedida la libertad bajo finaza de 200.000 libras, y que saldrá de la prisión londinense en la que ha estado recluido desde el dia siete en cuanto la cantidad sea entregada. A modo de seguro de vida, por lo que pudiera pasarle a él o a su familia, desde hace algún tiempo circula por la red un archivo encriptado de aproximadamnte 1,38Gb bajo el nombre insurance.aes256. Este archivo, encriptado  mediante el algoritmo más complejo a fecha de hoy -es el estandar adoptado por el gobierno estadounidense- contiene al parecer información que podría dejar en una simple carta de presentación las filtraciones realizadas hasta hoy por WikiLeaks, y podría ser desencriptado en el momento en que la clave fuera publicada, algo que sucedería en el momento en a Assange o a los suyos les ocurriera algo.

Mientras todo ello se cuece a nivel mundial, aquí nos peleamos con uno de los colectivos más desfavorecidos del pais: los controladores aereos. Dejando a un lado el que tengan razón -que posiblemente la tengan- o no en sus reivindicaciones, quedaron a la altura del rodapie la semana pasada cuando, en pleno berrinche de niño de cinco años enfadado con sus amigos dijeron: no jugamos. ¿Que paralizamos el país? Psss... da igual. El presidente se ve con la soga al cuello, estado de alarma y ejercito a controlar el patio, con oposición opositando como dios manda que sean las oposiones bajo el sol de Castilla. El problema con este colectivo se complica a nivel de departamento de recursos humanos. Un conductor de autobus urbano, una cajera de hipermercado, un cocinero de hotel, un administrativo en una empresa mediana... van a la puta calle sin miramiento alguno si la cosa no les cuadra y no se avienen a lo dispuesto, con el agravante de que por la misma puerta que sale el despedido asoma la cabeza el primero de la cola de futuros aspirantes, cola que, según el caso, tal vez le de dos vueltas a la manzana; así que al despedido ni se le ocurre volverse y pedir perdón. Pero no, para controlador aereo no vale un fresador reciclado, o un mecánico de motos con inquitudes aeronauticas. Resulta que hacen falta aptitudes, formación, etecé, y de ello no puede presumir cualquiera. ¿Qué grupo va a presionar más y mejor que aquel que cerrado y minoritario que a su vez posee enorme responsabilidad?.

En otro rincón de nuestra europa, Il Cavaliere Berlusconi sigue jugando a ser el Don Corleone de Mario Puzo y sale invicto de una moción de censura con, uy, tan solo tres votos de diferencia. Qué suerte, majo. O, no, que gran político tu, que no te echan ni queriendo echarte gracias al aprecio de los que te rodean. Dinero e influencias: lo demás viene solo. Poco parece importarle por otro lado que las calles de su Roma ardan mientras centenares de manifestantes se ciscan en sus difuntos, rabiosos al verle, de nuevo y una vez más, encostrado en el poder.

Y mientras, por aquí hay que seguir jugando al ciudadano medio que tiene un trabajo modesto con el que ir saliendo adelante. Un ciudadano que debe planterse cada semana el vender el coche para poder seguir comprando gasolina para este. Un euro con veintiseis por litro el pasado fin de semana. Pero nada, que a ninguna mente pensante de estas que pueblan el mundo -empezando por la universidad de aquí, aunque por vocación le peguen más que al aceite de oliva que otra cosa- se le ocurre una alternativa viable al todopoderoso petroleo. Ni hidrogeno, ni electricos, ni nada. ¿Tendrán algo que ver en este lento desarrollo de enegias alternativas en el transporte la influencia de las petroleras?. Por otro lado, hay que seguir pagando a precio de oro el paquete mensual de Chester; menos mal que no soy de dos paquetes por día. Precios descalabrados cargados de impuestos en teoría destinados en su mayoría a sanidad. Partidario de la sanidad pública, cada día se siento menos de acuerdo con cómo funciona y cómo se organiza, pero esto lo dejaremos para otro día.

Pero bueno, que ante todo felicidad, mucha felicidad, felicidad a raudales para todo el mundo, que la navidad ha llegado un año más. El Corte Inglés encabezando la lista, seguida de todos los super centros comerciales del mundo mundial te desean lo mejor, mientras que les compres, por supuesto. Que la extra de navidad no se da para invertirla en bonos del Estado. Compra de todo y regaláselo a todo el mundo, verás que felices sereis. Supuestamente estamos en crisis, pero oye, la navidad es cosa aparte. Uno se aprieta el cinturon y a disfrutar, que solo son unos días. Siempre nos quedarán las rebajas de enero, como a Sabina. Todo sea por estimular el comercio y con él la economía, que desde que el ladrillo cayó y Moody's nos pone a parir día sí día no, no hay quien haga negocio. Por lo que se refiere a este servidor, pueden estimular la economía nuestros queridos políticos, junto con su querida oposición, junto con los cantamañanas de traje que deciden a golpe de bolígrafo nuestros destinos en cada sesión del Ibex, junto con los dueños del cotarro bancario, encantados de conocerse a si mismos y que se rien de una crisis que malamente huelen de lejos,  junto con los prendas que a menudo me cruzo por estas tierras a bordo de su Audi, o de su todoterreno Mercedes, con sus patillas de hacha y su gesto de dueños de ganadería de los años sesenta. Todos ellos acompañados, de ser posible, de sus respectivos y respectivas.

Y esto es, a muy grandes rasgos, parte de la pequeña porción de mundo que me rodea en estos últimos coletazos de 2010. Como para no estar orgulloso de pertenercer a este especimen supuestamente "inteligente".

Que pena que nadie se anime a repetir otro mayo del 68. Con la falta que hace.

3 comentarios:

  1. Si quieres un mayo del 68 comenzamos por educar a la sociedad y crear una autonomía ideológica que actualmente no existe. Y es ahí donde entra mi trabajo como pedagoga, te invito a colaborar en mi proyecto :)

    ResponderEliminar
  2. Como dice a menudo Iker Jimenez: La realidad supera a la ficción.

    Te has olvidado, por cierto, de comentar que una vez más España se paralizó hace unas semanas para disfrutar de la disputa del Barça-Madrid y que miles de periodistas y relacionados van viviendo gracias a los eventos de este tipo de cada cuatro o seis meses.

    ResponderEliminar
  3. Maestro, cierto que no mencioné entre otras cosas ese partido, pero comprende que el artículo hubiera sido un sucedáneo del Quijote en verso, y solo pretendía analizar unos cuantos puntos como muestra de cómo está el patio. En cuanto a lo de otro mayo como aquel... cierto que esa autonomía ideológica no existe, ni existirá salvo que el asunto se trastorne y volvamos a echar en falta cosas que ahora tenemos, e incluso que nos sobran, según el caso. Hemos de vernos muy mal, y ello implica especialmente ver mermadas nuestras libertades y privilegios, para que la gente se vuelque en un movimiento que exija cambios y mejoras.

    De todas formas, si llegase a ocurrir pienso que me apuntaría, aunque no lo sé si no me veo en situación.

    ResponderEliminar