viernes, 21 de enero de 2011

Impresoras multifunción: perfectas… cuando todo funciona.

Impresión. Escaneado. Fotocopiado. Envío y recepción de fax. Contestador. Memoria de números de teléfono. Son tan prácticas y tan completas que a menudo me pregunto por qué no tengo una en casa. Días de trabajo como el de hoy me sirven para recordar la respuesta: tenerla puede suponerte tantas horas de provechoso trabajo como de irrefrenable frustración. Si la conectas al Mac, es probable que salgas bien parado la mayor parte de las veces que la utilices. Si tienes la mala suerte de conectarla a un equipo que trabaja bajo Windows XP -siempre puede ser peor, puede ser Vista-, prepárate porque la broma te puede costar como mínimo un dolor de cabeza peor que la resaca de un mal vino.

 Son las once de la mañana cuando salgo camino de la oficina de un cliente para revisar un problema de impresión en una multifunción HP laser, modelo medio, pero muy completa. Desde hace algún tiempo, los puertos USB de la torre se quedan fuera de servicio en cuanto la impresora es encendida. Puedes usar la impresora, o bien pinchar un pendrive o cualquier otro dispositivo pero, ojo, no al mismo tiempo. Cargado con un cable USB A-B -de los buenos; HP no se lleva bien con cualquier cable- entre los dientes y cara de nasío pa arreglá me aventuro a la oficina, vacía hasta la tarde, lo cual me da margen para solucionar el problema sin la presión en el cogote de un empleado ansiando hacer su trabajo -casi siempre-.

Meto las manos en la masa. Un intento de reinstalación de los controladores desde su disco original resulta infructuoso. El siguiente, también. El que le siguió iba con un cable USB distinto y con los últimos controladores disponibles de la página web de HP para ese equipo, y cayó igual que caería el siguiente y el posterior, cambiando otra vez el cable USB. Nada. Solo quien se ha enfrentado a determinados problemas en el mundo de la informática -depurando fallos de software o con alguna avería de hardware- conoce el punto máximo, ya rozando con la esquizofrenia, de la misma frustración.

Los minutos iban pasando, y casi a la misma velocidad veía transcurrir las horas. Un agujero en el estómago me avisaba que pasaba de la una del medio día. Bocadillo en mano sigo peleando con el equipo de marras, hasta que harto de combinar posibilidades y probar todo lo probable -además el proceso de instalación, dei gratia, es rápido como el ascensor del edificio donde vivo-, me decanto por instalar la impresora en red local y olvidarme de una vez por todas del Universal Serial Bus de los… condensadores.

Tiro junto a la mesa con presteza un cable de red de fabricación propia de unos tres metros, lo conecto, me las averiguo con la configuración de la impresora para establecer una configuración de red estática, y andando. Ya solo queda decirle a la lata dónde y cómo puede encontrar la impresora: más controladores. En ese momento vuelven a chirriarme los dientes solo de pensarlo.

Desinstalo, limpio el sistema, reinicio. Nueva instalación de controladores, esta vez desde su CD original, por volver a los inicios. Veo el cielo abierto tras el temporal cuando el asistente desasistido de instalación desinstalable me confirma que todo ha ido bien y, con poco más que un reinicio, puedo ponerme a imprimir como loco. Mientras que voy saliendo de mi asombro reinicio el sistema. En efecto una vez ha cargado me aparece la última ventana de la instalación felicitándome por la elección -su madre, o presidente ejecutivo en su defecto….- y recordándome lo importante de registrar mi producto. Paso de todo ello y voy cerrando tan rápido como mis dedos alcanzan a pulsar ALT - F4. En efecto puedo imprimir, el fax parece funcionar correctamente. Al mandar escanear un documento, me dice que el asistente de instalación tiene tareas pendientes. Ya me extrañaba. Ale, dejo completarse el sencillo asistente y procedo a configurar la impresora pequeña compartida en red por el otro equipo, y recojo mis trastos. Lo que tu digas.

Vuelvo a reiniciar. Está terminando de cargar el escritorio cuando inserto en el frontal el pendrive / navaja suiza para copiarme el paquete básico de controladores que antes descargué para la multifunción, ya que son más sencillos y me serán útiles para instalarla en el otro ordenador, Pentium 4 abuelete con algo menos de diez años. Tras pincharlo me salta otro puñetero asistente de instalación de hardware de Windows -¿cuántas veces lo habré visto hoy…?-, terminando en un tajante "No se puede instalar el hardware. El servicio especificado no existe como servicio instalado" acompañado del identificador del disco duro. Touché.

Hágase cargo el lector de la situación expuesta: dos y media de la tarde, error del que ni el omnipresente Google es capaz de aclararme nada, ningún registro de sistema que me oriente hacia la causa del problema, varios intentos inútiles de reinstalar el controlador -¿USB, chipset, gráfica, servofreno?- que genera el error. Finalmente, impotente al ver que ningún camino conducía hacia la solución, a las tres menos diez de la tarde me doy por vencido y me marcho. Durante la siguiente media hora y hasta que la comida y el calor del brasero empiezan a hacer efecto, no puedo dejar de musitar entre dientes lo mucho que adoro a Microsoft, al estándar USB, a HP, a los desarrolladores de software para este último, a los errores incoherentes de sistema, y al momento en que el cliente se decantó por esa impresora y no por otra. Será, me digo ahora con la cabeza fría y un café al lado, que no habría oferta donde poder elegir.

Hay que joderse.

1 comentario:

  1. Malditos cacharros. Pues cuando yo instalaba y impresora y mi scaner hp (dos aparatos separados eh) me salía un icono en el escritorio de acceso directo para registrarme o algo de eso y que cada vez que intentaba mandarlo a la papelera de reciclaje el ordenador se bloqueaba. Curioso, ¿verdad? Pues es lo que hay. Por cierto, que no se si te comenté que ya le metí mano y funciona con la fuente de alimentación vieja que tengo en mi casa. El problema es que el clable que va a la plaque base es demasiado corto y no la puedo atornillar donde estaba la otra y no hay sitio más cerca. ¿Hay alargaderas para eso o tengo que hacer empalmes de los clables uno por uno? Por si acaso antes de tirar la vieja fuente de alimentación arranqué todos los cables pues los colores coincidían. Perdón por mi incultura informática

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