martes, 16 de agosto de 2011

Depresión

Como cada mañana, acudo al baño para tratar de reedificar sobre un montón de escombros al personaje que actuará en la obra de un nuevo día. Parado frente al lavabo, alzo la mirada. Alguien despeinado y de semblante abstracto me observa.El cruce de miradas dura un segundo o una hora, no lo sé porque a esa primera luz del amanecer le acompaña el aturdimiento de una noche de sueño mejorable y de un calor que, aliado con el aire acondicionado, atrofia el organismo empezando por los pies y terminando por esa neurona que, entre cafés y literatura -puede que incluso alguna revista porno- ha pasado la noche de guardia.

Me mira. Le miro. No sé quien de los dos plantea la pregunta:

- ¿No será acaso que estás padeciendo una depresión?

- No lo sé. -Contesta el otro con gesto de quien conoce la jugada de antemano.

- Analicémoslo: ¿Te sientes inseguro?

- Inseguro... inseguro... De lo único que estoy seguro es de que no hay nada seguro. Bueno, salvo la muerte. Reconozco que como respuesta es un poco absurdo, pero creo que lo expresa bien.

- ¿Problemas de concentración?

- Leo dos veces la página por la cual me quedé la última vez que abrí el libro. En alguna ocasión tres. No me mires con esa cara: algunas veces es más dificil poner orden en mi cabeza que en una sesión del Congreso de los Diputados.

- ¿Barajas la idea del suicidio?

- Uhmmm... ¿contesto con un sí o un no, o tengo que indicar una cantidad concreta de veces por día?

- ... (segundos de silencio e incertidumbre). ¿Echas de menos tu trabajo una vez fuera de este?

- Por el momento, solo por las tardes, fines de semana y vacaciones. Y si eso de la crisis sigue apretándonos las tuercas, puede que tambien lo eche de menos en horario laboral.

- ¿Tienes tendencia a la soledad?

- Pues... es posible. Enfocado como autodefensa, posiblemente trate de mantenerme al margen del mundo. Habitualmente tengo una idea bastante patética del ser humano en conjunto (no pongas esa cara, me conoces y lo sabes: puede que además lo comprendas incluso mejor que yo ahora mismo), salvando a escasísismas excepciones entre las que no me cuento. Al menos escasas en relación a la población mundial. Por otra parte tampoco resulta dificil mantenerse al margen: la misma sociedad aparta a aquellos individuos que no aceptan y se inscriben en todos los estándares posibles de consumo, ambición e imagen.

- Vaya, me parece que esto no tiene buena pinta. ¿Sientes ataques de ira sin un motivo previo?

- Bueno, sin motivo, no. Otra cosa es que, si me abandonase, cualquier incidente de poca relevancia sería motivo para desencadenar una guerra. Por ello evito conducir siempre que puedo: tienden a darme demasiados motivos, y, pensándolo friamente, creo que prefiero que cada uno encuentre por sí mismo la curva en la que dejarse el cuello. Eso sí, preferiría que no lo hicieran cuando yo circulo, ya que odio la hipocresía y considero hipócrita en extremo tener que pararme a socorrer a alguien a quien le ha tocado el pleno al quince en la cuneta porque compró boletos con todas las combinaciones posibles.

- Creo tener suficientes motivos para preocuparme. -Afirma el individuo mientras me observa con ceño fruncido.- ¿Y no has pensado en acudir a profesionales para que te ayuden?

- Pues no, por el momento. Intentaré salir sin gastar dinero de un pozo al que caí (o me arrojaron, no lo sé) de forma gratuíta. Si un día despierto considerando seriamente la opción de quitarme de enmedio, o que toda ofensa debe quedar irremediablemente ajusticiada, me lo plantearé. Mientras tanto dejemos que pase el tiempo. Que se vaya el calor del verano y todo eso. Quién sabe si de un día para otro la famosa crisis no nos puede volver a unos contra otros y ya no hace falta preocuparse de nada más (quien tiene mucho puede ansiar tener mucho más, y no conseguirlo; es lógico que lleguen a cabrearse). Tal vez la economía global desencadene la tercera guerra mundial (¿y última?) y todo se vaya al carajo definitivamente.

`` Mientras tanto, no queda más consuelo que rodearse de libros. Sabes tan bien como yo (son muchos años conociéndonos) que no encontrarás un analgésico mejor contra todo dolor no físico. Por cierto, ¿has leído Leviatán, de Paul Auster?. Ah, no. Perdona. En qué estaré pensando. ¿En qué estaba? Ah, sí. Libros. Cultura y lucidez, a fin de cuentas. Leer y escribir, escribir y leer. Si eso no me saca, una vez más, del agujero, quiere decir que el agujero es demasiado profundo o que alguien ha tapado la entrada, y no hay forma de salir de él.

`` En fin, con tu permiso me marcho a desayunar. Como puedes ver, estamos manteniéndo la misma conversación de cada mañana sin que ello implique algún cambio de un día para otro. Ya sé que no te gusta que te dejen con la palabra en la boca, pero tambien tu sabes cómo las gasto cuando a estas horas me entretienen inutilmente mientras siento ese vacío en el estómago.

- Está bien. Como quieras. Hablaremos mañana. Que tengas un soportable día.

2 comentarios:

  1. Todo puede ir bien. Irá bien de hecho, puedes estar seguro. Además,¿nos vamos a amargar ahora después de todos los sucesos que llenan la biografia?

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  2. Vaya, veo que aun queda gente por ahí con algo de sentido del humor y eso es bueno y además gratis. Con la que esta cayendo no nos queda otra que tirar "palante" y reirnos de nosotros mismos para no acabar depresivos aunque sobren motivos.

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