viernes, 4 de noviembre de 2011

No habrá paz para los malvados, rescoldos de un cine español aún vivo

Como arranque al programa Encuentros con el cine español promovido por la Diputación de Jaén, en la noche de ayer los aficionados al cine tuvimos ocasión de disfrutar, al más que atractivo precio de 1,50 €, de este título dirigido por Enrique Urbizu.

El evento comenzó con una breve charla a modo de introducción por parte de Urbizu. Este acto tendría su continuación tras la película en un coloquio que se prometía interesante aun con la ausencia de José Coronado, quien al parecer no podía asistir por encontrarse rodando. Nada puedo contar acerca de la charla, ya que el amigo que me acompañaba y yo nos decantamos por abandonar la sala al terminar la película, guiados por lo avanzado de la noche y el cansancio que arrastrábamos después de un día demasiado largo. Probablemente merecía la pena el esfuerzo de haberse quedado, algo que ya prefiero no pensar.

Es inevitable comenzar diciendo que el reparto en general es magnífico, destacando los papeles de Juanjo Artero, quien interpreta (siguiendo la línea de su papel en la serie El comisario) a un policía judicial, Helena Miquel, en el papel de la metódica y profesional, aunque un tanto joven, juez Chacón, y por supuesto el espectacular personaje interpretado por José Coronado, Santos Trinidad.

Pero si la caracterización es impecable, el argumento no se queda atrás. Trinidad es un policía de vuelta de todo. Pasa de los cincuenta años, es un tipo entregado al alcohol, que posee la mirada lúcida y descarnada de quienes han visto de la vida mucho más de lo que quisieran. Los rasgos que se dejan entrever de su biografía ayudan a entender su forma de ser, su carácter bronco y austero. Deambulando a la deriva en una noche de borrachera, termina en un club de alterne donde una reyerta le lleva a asesinar a tres personas. Pero un testigo logra escapar.


El asunto inicia una línea de investigación policial con el fin de desvelar la autoría y los pormenores del múltiple asesinato, al tiempo que Trinidad, por su cuenta, incia su particular persecución para tratar de eliminar a quien podría delatarle. Detrás de lo que parece el asesinato provocado por un simple ajuste de cuentas empezarán a emerger otras líneas, que se extienden hasta tocar el terrorismo islamista.

Sí, aunque no lo parezca, el de la izquierda 
es José Coronado.

Una trama muy bien entrelazada nos mantiene en vilo durante toda la película, tratando de atar cabos y de entender a dónde nos va a llevar la historia. A destacar de la fotografía la abundancia de primeros planos, que nos conduce a una sensación de proximidad. Mencionar finalmente el crudo realismo que en conjunto despiertan los lugares, la ambientación a menudo nocturna, la presentación de las situaciones y la proximidad temporal, tanto por la recreación en años recientes como por la inevitable vinculación con el 11M.

Como apunte final me limito a lo evidente: hay que verla.


3 comentarios:

  1. ¡Muchas gracias por esta entrada (que esperaba ansiosa)! La apunto en mi lista, como todas las cosas que me recomiendas. Y me alegro enormemente de que disfrutaras de este momento cine-español al que muy pocas veces se tiene acceso.
    ¡Un abrazo!

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  2. Blood and destruction. La vi con mi compañero de piso y me encantó. Has visto ya alguna de las que te dije el domingo?

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  3. Hola Gijón, breve apunte aunque sea con dos semanas de retraso. Solo se me ocurre añadir a lo dicho en el texto que tengo muchas ganas de verla de nuevo, y que pocas películas te dejan ese poso que te hace querer regresar a ellas desde el momento en que acaban.

    Maestro, no he podido verlas aún. Ya he apañado alguna, pero el trasiego de los últimos días no me da oportunidad de más. Pero estoy en ello :)


    Un abrazo!

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