Tenía guasa mi primo, el calé, en el urbano. Nueve de la mañana. Entre la mucha gente que sube al autobús en la parada siguiente a la mía van una pareja joven, ambos de raza gitana, con un crío pequeño que ella lleva en brazos mientras que él lleva el carrito.
Pero la conductora, que quizá no haya leído El Quijote en su vida pero de autobuses urbanos y de viajeros entiende un rato, mira el espejo varias veces hasta que advierte la maniobra. Baja que cierro detrás, le pide además con buenas formas. El artista obedece y vuelve a entrar por la parte delantera, aflojando viruta. En estas el autobús arranca y el carrito se desplaza hacia atrás, alertando la esposa a su marido con cierto retintín. Agarra eso hombre!¿Es que no ves?. Con el gesto arrugado se planta de pie junto al carro y lo sujeta con una mano mientras se agarra con la otra, esbozando en voz baja pero con suficiente mala leche como para escucharse en medio autobus ese se va a enterar el Zapatero cuando lo pille.
Y el que suscribe se quedó pensando, ¿conocerá el prenda este al presi? ¿Tendrá pensado hacerle una visita formal, apretón de manos en las puertas de Moncloa con foto incluida, para ponerle al corriente de sus problemas y necesidades, o los de su grupo social? ¿O tal vez se refería a algo más subliminal, más español, al estilo de un cuadro del viejo Goya de cuyo nombre no me acuero, como es la degollina fácil y el como tengas la mala suerte de cruzarte conmigo te ves presidiendo entre San Marcos y San Juan de la Cruz?.
En cualquier caso, como siempre, nos da la vida que tenemos una hermosa tropa de políticos, ahí, mandando. Que si no, ¿a quién le ibamos a cargar el mochuelo cada vez que las cosas se tuercen? ¿A quién íbamos a pedir responsabilidades en cuanto la naturaleza dice aquí estoy y una tromba de agua se lleva por delante a trescientos desgraciados que no pensaron que el que no hubiera pasado agua en el último siglo por el cauce del rio seco donde edificaron, no justifica que no pudiera llegar a darse el caso, por ejemplo?. A quién cojones le íbamos a reprochar sino que seamos como somos, y que nos caigan encima las que nos caen.
Pues nada, adelante mi arma. Líbrate de presidente y de paso le das el gustazo a esa gran masa de ciudadanos que piensa lo mismo. Una pena que cuando el siguiente que nos toque empiece a torcer el rumbo de nuevo ya no os acordeis de lo que pasó con el último, ni con los otros veinte. Quizá algún día nos demos cuenta de una puta vez de que, salvo contadísimas excepciones, por activa o por pasiva todo cuanto nos sucede está ganado a pulso. Que todo tiene su precio y nadie pasa por aquí impunemente.
Vete tu a saber si el individuo en cuestión no va a ser primo del heroico padre de la famosa y tragicamente desaparecida Mari Luz Cortés y por tanto tiene mano en Palacio. Si acaso te vuelves a cruzar con él ándate con cuidao.
ResponderEliminarHace algún año yo pude presenciar semejante estampa en un urbano pero, en mi caso, de los de la capital de la autonomía. Y es que una honorable señora de las de la citada raza se empeñó en que su niña tenía que "hacer pipí" dónde fuera y al precio que fuera. -Oiga usted: o para aquí mismo o le bajo a mi niña las bragas pa que mee aquí dentro-. Lamentable.
Con respecto al auténtico fin de esta entrada, la verdad es que no se que opinar. Todos los políticos son igual de malos pero a la vez todos son mejores o peores que los demás. ¿Que porque Zapatero sea malo la gente ya no se acuerda del del bigote? No lo creo. Como tampoco creo que nos olvidemos de ZP fuere quien fuere su sucesor. Que compleja es la política.
Saludos amigo.