sábado, 4 de febrero de 2012

Cerillero y anarquista

El veintiséis de noviembre del pasado año quien esto escribe tenía ocasión de dar forma a uno de esos sueños de juventud que con vaguedad imposible toman forman un día en la imaginación: poder cruzar el umbral de ese mundo hecho a medias de realidad y literatura que es la puerta de entrada al mítico Café Gijón, en el marco infinito del Paseo de Recoletos.