Si bién tengo la intención de crear un artículo un poco más completo sobre esta obra cuando por fín me centre en los libros y la fotografía, he dedidido emplear un fragmento de El pintor de batallas, de Arturo Pérez-Reverte, como arranque de esta sección dedicada por entero al único vicio que jamás podré dejar -el tabaco a su lado es una gilipollez-: los libros.
Un gesto que predice un infortunio, Tantos libros viejos por leer,
una mirada que enamora al descreído, tanta lucidez al borde del vacío,
un amanecer desvelado entre alcoholes, tantas vidas que vivir en una sola,
un personaje inventado por descuido. tanto tiempo debo que no es mío.
Desde la absurda sinrazón. Desde la cruda realidad. Desde la misma vida.