Ya queda poco para la media noche. Pronto llegaremos a ese margen casi mágico, esa línea invisible trazada entre dos años, trescientos sesenta y cinco días a cada lado separados por apenas unos segundos.
Un gesto que predice un infortunio, Tantos libros viejos por leer,
una mirada que enamora al descreído, tanta lucidez al borde del vacío,
un amanecer desvelado entre alcoholes, tantas vidas que vivir en una sola,
un personaje inventado por descuido. tanto tiempo debo que no es mío.
Desde la absurda sinrazón. Desde la cruda realidad. Desde la misma vida.
sábado, 31 de diciembre de 2011
miércoles, 21 de diciembre de 2011
Otra cuenta atrás
En la radio señalan este veintiuno de diciembre como una fecha inevitablemente peculiar: tal día como hoy, dentro de un año, dejará de existir el mundo tal y como lo conocemos según las teorías del pueblo Maya.
martes, 20 de diciembre de 2011
Ágora, crónica de una historia que se repite
Los pasos me llevan con ligereza camino del teatro Darymelia, pues voy ajustado de tiempo y además hace un frío imperdonable. Accedo al patio de butacas y reparo automáticamente en la única persona, de entre la veintena que hasta ese momento han llegado, que tiene un libro abierto en las manos. Al instante descubro que bajo un corte de pelo que me resulta desconocido se esconde Alicia, alumna del taller de narrativa, ejemplo de experiencia y de infinitas lecturas que en más de una ocasión obligaba a plantearse si con tal competencia no sería de justicia abandonar las letras.
domingo, 18 de diciembre de 2011
Como felinos bajo el sol
El viento juguetea a lo lejos con las estelas de vapor con las que uno tras otro tantos aviones arañan el cielo. La plaza de San Francisco es un hervidero de gente hacia medio día de este sábado de diciembre. Los gatos vagan a sus anchas por los jardines del edificio de la Diputación, gozando de esa comodidad egoísta tan suya, dejándose caer sobre la hierba con desgana maquiavélica, gozando al sol sereno de invierno. Tras un breve paseo me confiero a la espera mientras deambulo de pie por la plaza, entre críos con gorro de lana que pasean de la mano de sus padres y haraganes que se entregan con denuedo al ejercicio de no hacer nada.
domingo, 11 de diciembre de 2011
Carta a un poeta en el exilio
Estimado amigo:
Sé innecesario pronunciar ese nombre tuyo que, por simetrías históricas, te asocia con cierto escritor del diecinueve, pues te reconocerás en cuanto leas la presente. Estás ahora lejos, muy lejos, en lugares que nunca he visto y no sé imaginar, entre palabras extrañas y costumbres que pienso incomprensibles de tan dispares a las conocidas.
Sé innecesario pronunciar ese nombre tuyo que, por simetrías históricas, te asocia con cierto escritor del diecinueve, pues te reconocerás en cuanto leas la presente. Estás ahora lejos, muy lejos, en lugares que nunca he visto y no sé imaginar, entre palabras extrañas y costumbres que pienso incomprensibles de tan dispares a las conocidas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)