Casi tres meses después del último artículo publicado vuelvo a dejarme ver por esta página digital. Desde aquellos primeros días de julio han sucedido muchas cosas, aunque ello tampoco sirva como atenuante -al menos frente a mi mismo- por no haber escrito nada desde entonces. A menudo surgían ideas que bien pudieran haber sido llevadas al papel, pero no se hizo. Pudieron la dejadez, el no tener internet en casa, el calor exterminador que este verano se ha dejado sentir aquí. Incluso el retorno a la lectura en papel -he leido más libros este verano que durante los nueve meses del curso anterior- ha colaborado a la hora de ir postergando este momento, el de volver a presentarme aquí y decir: he vuelto para quedarme. No busco una periodicidad ni imponerme esto como una disciplina inapelable, pero trataré de ser al menos tan constante como lo fui meses atrás.
Un gesto que predice un infortunio, Tantos libros viejos por leer,
una mirada que enamora al descreído, tanta lucidez al borde del vacío,
un amanecer desvelado entre alcoholes, tantas vidas que vivir en una sola,
un personaje inventado por descuido. tanto tiempo debo que no es mío.
Desde la absurda sinrazón. Desde la cruda realidad. Desde la misma vida.
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Gracias por volver. Iré leyendo las nuevas entradas y dejando comentarios conforme el tiempo me vaya dejando.
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