jueves, 10 de febrero de 2011

El santuario no se rinde

Esta frase además de ser el título de una película de 1949, es la síntesis de una historia de valor. Los hechos sucedieron durante los meses transcurridos entre septiembre de 1936 y mayo de 1937, cuando un numeroso grupo de militares y civiles convirtieron en refugio el santuario de la Virgen de la Cabeza en Andújar, hasta que la posición fue tomada por las tropas leales a la República. No pretendo con este texto posicionarme a favor de quienes pelearon para sobrevivir durante meses en aquel santuario, ni de aquellos que en favor del gobierno legal trataban de recuperar la posición. Es más, pensado seriamente, tomar partido resultaría ridículo ya que la Historia está ahí, con sus causas y consecuencias, y no tiene vuelta de hoja.


El sábado pasado por la tarde un amigo y yo subimos al santuario. Para mi es un lugar de gran interés artístico e histórico, dejando, con todos mis respetos, la vertiente religiosa a un lado. Este amigo anda pasando una mala racha e imaginé que el aire limpio, el sol, y la esencia dejada en el lugar por los hechos ocurridos durante la guerra protagonizados en gran parte por guardias civiles estimularían su ánimo y le ayudarían a alejar fantasmas. Por cuestiones de horario no pudimos estar allí más de tres horas pero el viaje mereció la pena. Dejar a un lado el ruido y la contaminación de la ciudad siempre se agradece, contando allí además con la posibilidad, a poco que el observador deje volar su imaginación, de ver al capitán Cortés entre muros desvencijados, trincheras aquí y allá donde hombres armados tratan de defender las posiciones o ganar terreno, gente atemorizada ansiando ver el fin de aquel encierro, aviones bombardeando la posición o dejando caer víveres para los refugiados. Todo un cuadro de época de una guerra que al final fue igual que todas las guerras.


Se trata como ya he dicho, o al menos así quiero enfocarlo, de evocar una historia de valor y resistencia. El valor de un conjunto de Guardias Civiles que antepusieron su obligación a su pellejo defendiendo una gente y unas ideas, tratando de aguantar hasta que las aguas se estabilizaran.

Y para cerrar página, dejo aquí el conjunto de reglas que tu, amigo y efectivo de la Guardia Civil Caminera, deberías grabarte en la cabeza para salir cuanto antes del bache en el que estás ahora mismo. Incluso me atrevería a decir que valen para cualquier persona que se vea en tu caso.


Decalogo:

1. La mitología griega, con su Troya y sus guerras, nos enseñó algo imprescindible: hay que vender caro el pellejo por mal que se presente la batalla; siempre, y más especialmente, cuando esta se sabe perdida. No hay que dejar que los malos se escapen sin al menos una cicatriz en la cara.

2. A lo largo de la vida en muchas ocasiones estamos solos. En otras muchas, simplemente nos aislamos nosotros, cerrando puertas que no siempre es posible volver a abrir más tarde.

3. Por otra parte sé consciente de que habrá momentos en los que tu seas todo lo que tengas, así que nunca te menosprecies; ya habrá quien lo haga por ti.

4. Por cada imbécil que se cruce en tu camino siempre habrá una persona que valga la pena. Aprende a distinguirlos e intenta no dejar que pasen de largo estos últimos.

5. Ninguna mujer vale tanto como para morir por ella, ni tan poco como para ponerle una mano encima.

6. Todo es prescindible en la vida menos la dignidad y el respeto, tanto para con uno mismo como con los demás.

7. En todo examen se parte de un suspenso seguro, y hay que luchar por el aprobado. La vida no es más que un examen continuo.

8. Cuando todo se complica y resulta tentador tirar la toalla hay que mirar hacia atrás y preguntarse, ¿de verdad voy a mandar a la mierda todo el trabajo y el sacrificio, los aciertos y los errores, necesarios para llegar hasta aquí?

9. El mundo es enorme. Debemos prohibirnos limitarlo a las cuatro paredes de una habitación, y mucho menos a las cuatro paredes de la maltrecha conciencia que atraviesa un mal momento.

10. Y, por supuesto,

(Dedicado a ese viejo amigo, quien espero me haga caso)

2 comentarios:

  1. Con todos los años que hace que voy por Jaen y provincias, nunca he ido a ese sitio. Intentaré que me lleven.

    Por otro lado, no puedo comentar mucho en esta entrada pero difiero en muchas cosas del decalogo. Igualmente, resulta interesante.

    Un saludo. Espero que andeis bien :)

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  2. El sitio como ya he comentado arriba es magnífico. Hay que tener paciencia en los últimos 32 kilómetros, desde Andujar hasta el santuario, ya que la carretera no solo es estrecha y con curvas sino que además el firme deja mucho que desear -además es fácil toparse con el típico turista-espabilado-etc jugando al rally de Montecarlo conduciendo por medio de la carretera-, pero vale la pena.

    En cuanto a lo de que difieres sobre esas diez... reglas, si puedo llamarlo así, estás en tu derecho. Cada uno tiene sus valores, principios y sus puntos de vista sobre el mundo que le rodea. Buena parte de los mios se sintetizan ahí. De todas formas te invito a que resumas "tus diez puntos", aprender nunca está de más.

    Un abrazo.

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